viernes, 23 de marzo de 2012

Restos cristianos, musulmanes y judíos

Alcalá medieval cristiana.
A partir del siglo XII aparece claramente definida la existencia de dos núcleos diferenciados de población.
Alcalá permanece en esta época bajo jurisdicción real. El 10 de febrero de 1129 el rey Alfonso VII .
Seis años después, el arzobispo Raimundo le otorgaría el llamado Fuero Viejo.
El término de Alcalá no sufrió modificaciones importantes hasta mediados del siglo XVI. Estuvo constituido por la propia villa, cabeza de la comunidad, y un total de 25 aldeas distribuidas entre las comarcas geográficas de la Campiña y la Alcarria. La Tierra de Alcalá limitaba al N con la de Talamanca, al O con la de Madrid, al E con la de Guadalajara y al S con el Sexmo segoviano de Valdemoro.


Salvos los cargos de designación arzobispal, el resto se elegían anuamente el día de San Martín (11 de noviembre). Existían dos distritos administrativos: Santa María y San Justo.
La administración de la justicia recaía en los alcaldes. Sus fallos eran absolutos y los juicios se celebraban en corral dos días por semana: viernes y sábados. De San Juan a la Virgen de agosto se suspendían los juicios a no ser un delito mayor: homicidio, violación o incendio.
Señalamos aquí que en la plaza de la Picota (hoy de Abajo), frente a las casa del Concejo se levantaba una picota, utilizada para ejecuciones, castigos, exhibiciones públicas de aquellos que vulnerasen el fuero.
 Pero parroquias propiamente dichas solamente existían dos entre los siglos XII y XIV la de San Justo y la de Santa María.
Una superficie importante fue ocupada por el palacio residencial de los arzobispos toledanos, cuya construcción inició Ximenez de Rada en 1209. El palacio contaba con su propio amurallamiento interior, resultaba así una fortaleza de la propia villa. Así en 1454 el arzobispo Carrillo ampliará este recinto amurallado incorporando la plaza del Mercado, que hasta este momento quedaba extramuros.
En este palacio tendrían lugar Cortes y Concilios y sería utilizado como residencia por los reyes durante sus visitas a Alcalá.
La comunidad musulmana.
En 1129 Alfonso VII y doña Berenguela hacen donación de Alcalá y su tierra al arzobispo de Toledo, don Bernardo.
La legislación foral los considera como ciudadanos de tercera categoría, incluso por debajo de los judíos, aunque la monarquía era garante de su seguridad. El rey nombraba sus alcaldes y justicias, pero los litigios con los cristianos se dirimían según la legislación foral.
Apenas se les permitía el trato con los cristianos, pues tenían prohibido relacionarse con ellos en cualquier actividad: cohabitar, comer, vender alimentos o medicinas.
No se les permitía bajo ningún concepto volver a su tierra, y si lo intentaban, eran severamente castigados. Vivían en tierras del arzobispo de Toledo.
La situación de esta comunidad en Alcalá mejora con el tiempo.Son respetados en sus manifestaciones religiosas, pues rezan en su mezquita sin ser molestados. También encontramos musulmanes en esa época dedicados a tareas artesanales y constructivas como alarifes del arzobispo. La mayor producción se sitúa entre los siglos XIII y XVI.
 
La comunidad judía.
Es difícil situar la llegada de los judíos a Alcalá. Es posible que ya en época romana ya hubiera judíos por estas tierras.
Según el padrón de Huete se puede situar la población de judíos en Alcalá entre seiscientos y setecientos. A lo largo del siglo XV la población va a disminuir progresivamente hasta su expulsión por los Reyes Católicos en 1492.


La calle Mayor, la que habitaban en casi su totalidad, se convirtió en la principal vía de la ciudad dado a su situación y a la actividad económica de la comunidad judía.
Es de destacar que el Fuero Viejo equipara a los judíos con los cristianos e intenta que se asienten en Alcalá. La legislación española medieval fue la más generosa en el trato a los judíos, legislación inspirada en la "Constitutio" de Inocencio III.
En cuanto a su convivencia en la ciudad, destacamos que tenían derecho de propiedad sobre bienes muebles e inmuebles. Y en cuanto a su relación con los cristianos destacar que no podían mantener amistad ni convivir con ellos.


Este trato de favor se mantuvo hasta el decreto de expulsión de 1492, y en Alcalá la Inquisición no se ocupó de los judíos sino de los bautizados acusados de herejía.
Terminamos este pequeño recorrido sobre la comunidad judía en Alcalá resaltando su legado urbanístico, comercial y cultural.
 
Es en la cultura donde judíos ilustres escribieron páginas importantes para la historia de Alcalá: Menahem ben Zérah, historiador; Alfonso de Zamora, primer catedrático de hebreo de la universidad; Pablo Coronel, erudito hebreo; Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática castellana; Pedro de Lerma, a quien Cisneros trajo con el cargo de Canciller de la Universidad.

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